Aportar la paz y la armonía

Mondo con Roland Yuno Rech | Godinne, Noviembre 2015

P.: Venerado Maestro, yo soy un monje de la tradición Theravada. Estoy muy contento de estar aquí y de haber podido aproximarme a las técnicas y las tradiciones del budismo Zen. Quisiera agradecer al maestro y también a los organizadores y a los que se esfuerzan en transmitir el mensaje del Buda Sakyamuni para practicarlo en la vida cotidiana. Ayer por la mañana, y esta mañana, he aprendido del monje Jacques sobre el budismo Zen, el ha explicado muchas cosas útiles para nuestro centro de Waterloo.
Tengo muchas preguntas, pero, justamente hay una, muy importante que me gustaría plantear. He oído hablar de la vida del gran Maestro Deshimaru, de su obra y de su responsabilidad en Francia, en Europa y en Japón. El fue una especie de pionero que ha implantado la semilla en la tierra de Europa. En este momento el budismo, y en particular el budismo zen, se ha desarrollado rápidamente en Europa, bajo la dirección del maestro Roland y también de otros maestros.
Me gustaría saber más a propósito de la vida del maestro Deshimaru -que está considerado como el Bodhidarma de los tiempos modernos, de su trabajo y su misión en Japón y sobre todo en Francia y en Europa. Y de que manera el budismo, y particularmente el zen, ha contribuido a aportar la paz y la armonía en la vida familiar y en la vida social.

R.: En primer lugar, en lo que concierne a la misión y a la obra del maestro Deshimaru. Si ha sido considerado como el Bodhidarma de los tiempos modernos es porque, como Bodhidharma, él tenía una fe, una confianza extremadamente clara en el hecho de que la esencia del Dharma de Buda residía en la práctica de la meditación. Cuando el llegó a Europa con su zafu –su cojín para el zazen- y su gran confianza en la práctica de zazen el enseño, todos los días, a partir de la práctica de zazen diciendo: “Zazen, en si mismo, es el despertar de Buda. Si os sentáis en zazen y practicáis con la postura justa, la respiración justa y el estado de la mente justa sois comparables a Buda”. A partir de esta enseñanza de zazen, de la meditación, transmitió, también, las ordenaciones. De esta forma transmitió los preceptos más importantes, como vosotros sabéis. Los ha enseñado de una forma moderna, que para los occidentales, dan un nuevo valor, un sentido profundo a estos grandes valores del budismo que se expresan en los preceptos.

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En occidente, desde hace aproximadamente siglo y medio, las religiones tradicionales no son muy seguidas. A causa de esto hay una crisis que se llama “La crisis del nihilismo”. Es decir que los occidentales no encuentran una base para llevar una vida según los preceptos, siguiendo la moral. La práctica de zazen nos enseña que, a partir de la práctica de la meditación todos los grandes preceptos del budismo, y de todas las religiones, reencuentran sus fundamentos /sus cimientos en la experiencia del despertar de zazen. Por ejemplo, el respeto a la vida y a la no violencia es el primer precepto: “No matar” Sin embargo por todos los lugares del mundo hay guerras y violencia. ¿Cómo convertir este precepto de “no matar” en algo verdaderamente vivo?No sirve, solamente, con decir “no se debe matar”. Es necesario llegar al punto en que yo “ya no pueda matar”. Esto sólo es posible cuando yo, estando frente a otro, estoy en unidad con ese otro, yo me vuelvo el otro, y esto es posible gracias a la meditación. Si abandonamos nuestro apego a nuestro pequeño ego podemos estar en total compasión con el otro. En ese momento ya no es posible hacer sufrir a nadie más, herirle , menos aún, matarle. Dicho de otra manera: un valor fundamental como son el respeto a la vida y la prohibición de matar encuentran su sentido más profundo gracias a la experiencia del despertar.

Es lo mismo con el precepto de “no robar”. En la sociedad se producen muchos robos, incluso si son robos que no pueden ser condenados por la ley. Entonces, ¿como puede la práctica de la meditación budista y el zen en particular, remediar este deseo?. No es suficiente decir a la gente: “no hay que tener deseos”, “no hay que matar”, “no hay que robar”. Por un lado es necesario es necesario realizar que no podemos poseer nada. Por ello robar para poseer, para coger para nosotros esto no tiene sentido, no sirve para nada. Porque, en lo más profundo, todo el mundo es como vosotros, todo el mundo es monje, porque todo el mundo nace sin nada y, cuando vayamos a morir, no llevaremos nada con nosotros. Esto quiere decir que, en realidad, no poseemos nada. Podemos justo recibirlo en préstamo y solamente compartirlo. Esta comprensión es el gran remedio contra el deseo: Yo no puedo poseer nada. Además de esto si nosotros nos despertamos a nuestra verdadera naturaleza de Buda, entonces realizamos nuestra verdadera riqueza interior. Y ya no necesitamos de muchas cosas para ser felices. ¡Sakyamuni Buda era el hombre más feliz del mundo! No poseía nada, solamente un cuenco y un kesa. Este es un ejemplo extraordinario. En la actualidad mucha gente puede perder su empleo, su riqueza, su estatus. Es normal porque mucha gente tiene familia, responsabilidades sociales… Pero, fundamentalmente, cuando vemos el ejemplo de Buda, y de los monjes budistas, podemos comprender que no es necesario poseer muchas cosas para ser feliz. Yo creo que esto es una profunda enseñanza para el mundo actual. Gracias a la práctica de la meditación budista se comprenden los dos primeros preceptos: “no matar” y “no robar” de una manera positiva, y esto da un sentido profundo a nuestra vida. Porque, yo creo, que una de las causas de sufrimiento de los seres humanos, en la época moderna, es un sentimiento de “vida absurda”. Las personas trabajan y realizan muchas actividades, pero no creen verdaderamente en lo que hacen. La práctica de la meditación da un nuevo sentido a los valores fundamentales de todas las religiones, y es de esto que tenemos necesidad para encontrar un sentido profundo a la vida. A través de la experiencia interior de la meditación. De esta misma manera podría explicaros el resto de los preceptos. En consecuencia los preceptos dan un sentido a nuestra vida. No son sólo prohibiciones, son valores positivos.

P.: ¿Cómo pueden diferentes escuelas budistas cooperar entre ellas para crear la armonía y aportar la paz en el mundo?.

R.: Yo he reflexionado mucho sobre estas preguntas -a través de la Unión Budista de Francia, de la que soy uno de sus fundadores-. En un principio realizamos muchas conferencias conjuntas. Había un budista Theravada, un budista Zen, un budista tibetano, y cada uno hablaba del Dharma a su manera. Esto causaba una buena impresión en el publico, ¡estaba bien!. Pero, finalmente, yo creo que lo mejor es que cada escuela se concentre completamente en enseñar el Dharma, a su estilo, a su manera, y concentrarse, sobre todo, en enseñar la esencia de su tradición. Como hacía el Maestro Deshimaru con el Zen. Para occidente en particular es importante que el budismo no sea presentado desde desde una visión “muy oriental”, con las ceremonias desde el lado “ritual oriental”. El maestro Deshimaru enseñó siempre maneras muy simples y siempre a partir de zazen, de la meditación. En estas condiciones, evidentemente, que se pueden organizar de nuevo reuniones, conferencias con varios maestros, monjes, monjas, de diferentes escuelas… Supongo que en Bélgica hay una organización de Unión Budista, que podría organizar esto. Y, en este caso, estaría bien participar, estaría bien mostrar un rostro unido, porque frecuentemente las religiones se hacen la competencia y siempre quieren demostrar que ellas son mejores que las otras. Es por esto que es muy importante.

La propia enseñanza deShakiamuny nos dice: “Es absolutamente necesario respetar la religión de los demás”. Si criticamos la religión de los otros esto no es bueno para nuestra propia religión. Con frecuencia, por parte de los religiosos, hay una especie de arrogancia en creer que su práctica, su vía, su religión es superior, es mejor. “Zen is the best /El Zen es lo mejor”. Si decimos esto, esto no está bien. Es completamente necesario respetar todas las otras vías y comprender lo que cada una puede aportar. A mi me gusta mucho estudiar los sutras del Theravada. El Theravada y el Zen están próximos, porque son muy sencillos, puros. No mucho ritual, pocas formas. Se concentran sobre lo esencial. Lo que también es muy importante es no crear diferencias entre los monjes y los laicos. Por ejemplo, me ha impresionado que en Tailandia mucha gente se hacen monjes durante uno o dos años. Incluso personas que tienen buen trabajo, que son médicos, abogados. Ellos se detienen, y se hacen monjes durante uno o dos años. De esta forma los monjes y los laicos pueden tener muchos intercambios.

En Europa los monjes zen no son diferentes que los laicos. Es decir: que deben trabajar, (el maestro Deshimaru quería que los monjes trabajaran en el mundo social), pero dando prioridad al Dharma. Esto es difícil. Es necesario intentar encontrar, siempre, el mejor compromiso. Pero esto es muy duro, porque esto significa que hay un intercambio entre la práctica del Dharma y la vida social. En Asia, por ejemplo, los laicos ayudan a los monjes realizando fuses, dando limosnas, dando comida y los monjes enseñan el Dharma. Es un intercambio. En Europa esto es un poco diferente. Ciertamente que los monjes deben enseñar el Dharma, pero los monjes no dependen de los laicos para comer. Deben trabajar ellos mismos, lo que quiere decir: compartir, con los laicos, las mismas dificultades de la vida social. Pero ellos trabajan con otro estado de espíritu, es decir: no con la ambición de triunfar, de hacerse ricos, de alcanzar una posición superior. Únicamente, rendir servicio a la sociedad a través del trabajo. He aquí una diferencia, y yo pienso que es interesante reflexionar sobre estos aspectos. Los monjes Theravada muestran ciertamente, la imagen más tradicional y auténtica de lo que era el Buda. Mediante el precepto de la pobreza, de no poseer nada. Esto es un buen ejemplo para los occidentales, que somos muy materialistas.

Muchas gracias a usted, Maestro Roland, al Maestro Deshimaru, muchas gracias al venerable Jacques, a todos los que han organizado esta sesshin y al hermano Olivier que me ha permitido asistir aquí. En el futuro voy a informar a la gente para que ellos practiquen la apertura de corazón y de espíritu y para comprender a nuestros hermanos y hermanas, que trabajan por el Dharma.

 

Etiquetas: Roland Yuno Rech

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