La relación maestro-discípulo
Mondo con Roland Yuno Rech – Godinne, noviembre 2021
Pregunta: ¿Podrías darnos tu concepción de lo que es para ti la relación maestro-discípulo?
Roland Yuno Rech: Es intentar profundizar en la práctica de zazen juntos. Creo que en la relación maestro-discípulo hay que evitar tener demasiado apego, en la parte emocional. Lo que constituye fundamentalmente la relación maestro-discípulo es realmente este aspecto de compartir la práctica de zazen y profundizar el Dharma juntos.
Debemos evitar el lado de demasiada veneración, también debemos evitar idealizar al maestro. Debemos considerar que somos como compañeros de viaje en la Vía. El maestro solo tiene más experiencia, pero a través de las preguntas del discípulo también es ayudado por la relación. Hay un intercambio, el discípulo también estimula la práctica del maestro con sus preguntas.
También está la cuestión de la pluralidad de maestros en la sangha, y a menudo la gente se pregunta cómo elegir un maestro ¿Realmente tienes que seguir a un maestro? Surgen muchas preguntas.
La importancia de seguir a un maestro es que aprendes a conocerte mejor a ti mismo, y así evitas seguirte demasiado a ti mismo. Las personas que quieren practicar solas o que quieren practicar sin un maestro pueden correr el riesgo de engañarse a sí mismas sobre su propia práctica y su propia realización, y como resultado estancarse en una especie de autosatisfacción.
Por el contrario, el otro problema, el de no seguir a un maestro es quedar prisionero de tus dudas. Si la duda tiene un efecto benéfico, que es la capacidad de cuestionarse (es importante poder dudar), es también, por otra parte, un freno formidable para avanzar en la Vía. Si no tenemos confianza en la práctica o en la enseñanza, entonces tendemos a vacilar, a no involucrarnos lo suficiente. Sin involucrarte lo suficiente en tus dudas, el resultado es que mantienes la duda, la desarrollas y evitas que te estimulen.
Por lo tanto, se puede encontrar un término medio adecuado entre la creencia y la fe. La creencia es algo que debe ser cuestionado, para verificar su validez; y la validez de una creencia es lo que se verifica en la práctica y lo que permite acceder a una fe correcta.
Al principio tendemos a creer, a creer que zazen es bueno, porque nos han explicado los diferentes aspectos, los méritos de zazen. Entonces creemos en él porque nos estimula a practicar. La relación con un maestro hace posible pasar de la etapa de la creencia a la etapa de la fe, de la confianza. La fe, la confianza es lo que resulta de una práctica justa, de la que se ha podido y de la que siempre se pueden experimentar los beneficios, y no sólo porque se tiene confianza en un maestro, que creemos lo que dice y eso nos ayuda a practicar.
Dojozen Genjo Pamplona/Iruña
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